jueves, 30 de junio de 2011

Tus Pecados en verdad... Son perdonados.














El Señor borra nuestros pecados...

La Biblia nos promete: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Romanos 8:28), inclusive nuestro pasado.
Dios guarda el pasado en Sus manos, y no debemos pensar nuevamente en él, ni atormentarnos con remordimientos. Es lamentable que tantas personas afirmen confiar en Dios y sin embargo se preocupen por las manchas y borrones de las páginas del ayer.

Una vez que hemos acudido a Dios para confesar nuestros errores y pecados y le hemos pedido perdón, no debemos hurgar en el pasado y volver a sacarlos a la luz. 

Si Dios ni se acuerda de ellos, ¿por qué los vamos a recordar nosotros? La Biblia dice que el Diablo es el «acusador» (Apocalipsis 12:10). Se complace en acusarnos de nuestros yerros para condenarnos continuamente. Pero la Palabra de Dios dice: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Romanos 8:1).
En lugar de estar constantemente rememorando el pasado y sintiendo pesar por haber hecho esto y aquello, lamentándonos de cosas que no tienen arreglo, deberíamos recordar estas alentadoras palabras de Isaías 1:18: «Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana».Si confesaste tus pecados, recibiste a Cristo en tu corazón, en verdad tus pecados han sido perdonados. comienza a vivir la libertad que es en Cristo.


Dios te bendiga!!
De nuestros pecados pasados, Él dice: «Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor de Mí mismo, y no me acordaré de tus pecados» (Isaías 43:25).

miércoles, 29 de junio de 2011

Cómo escuchar la voz de Dios...

















Escuchando la Voz de Dios

Hemos oído Su voz… hemos visto que Dios habla con el hombre…
Deu 5:24

 ¡Dios quiere que escuches Su voz! Él no nos habla a través de un temblor en el riñón o de vibraciones o de un médium. Escuchar la voz de Dios es tan natural como escuchar hablar a tu mejor amigo. Lo que es más, podemos escuchar a Dios todos los días y no sólo en ocasiones especiales o en ensalmos especiales. Él nos habla en los momentos más naturales de la vida. ¿Quieres escuchar la voz de Dios? Entonces debes estar preparado para escucharla.

Podemos escuchar la voz de Dios a través de la Biblia y la Oración.

En una conversación ordinaria, hablamos y luego esperamos la respuesta de la otra persona. ¡Es igual con Dios! Una vez hemos preparado nuestros corazones para escuchar a través de la oración, es mucho más probable que escuchemos la voz de Dios. ¿Nos habla Dios en una voz audible? Algunos dicen que sí, pero generalmente este no es el caso. Puede que no “oigamos” la voz de Dios, pero él nos habla de muchas maneras. A continuación algunas de ellas:
  • Dios habla a través de Su Palabra
  • Dios habla a través de La Oración
  • Dios habla a través de nuestros pensamientos y corazones
  • Dios habla a través de conversaciones con otros
  • Dios habla a través de circunstancias
  • Dios habla a través de Jesucristo
  • Dios habla a nuestras vidas con la ayuda del Espíritu Santo

Así que tenemos la Biblia, la oración, a Jesús, al Espíritu Santo y a nuestros propios corazones para ayudarnos a escuchar la voz de Dios. ¿Quieres escuchar la voz de Dios? Esa es la pregunta final, porque Dios responde a los corazones dispuestos. En el libro de Apocalipsis leemos: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20) Dios nunca te obligará a obedecerle, pero espera una respuesta de buena voluntad a Su llamado. ¿Estás escuchando Su voz ahora mismo? No permitas que tu respuesta final sea la equivocada.



Dios te bendiga!!

domingo, 26 de junio de 2011

La Disciplina es una muestra del Amor de Dios...

Cuando Dios nos corrige es porque es nuestro padre y nos Ama...

Hebreos 12:5-6
"Y estáis ya olvidados de la exhortación que como con hijos habla con vosotros, diciendo: Hijo mío, no menosprecies el castigo del Señor, Ni desmayes cuando eres de él reprendido. 6 Porque el Señor al que ama castiga, Y azota á cualquiera que recibe por hijo."



No desprecies la corrección de Dios, pues El al que ama, disciplina...


Dios te bendiga!!


En Hebreos 12:5-6, el apóstol cita Proverbios 3, y dice que si el Señor nos disciplina, no debemos menospreciar esa disciplina como algo sin importancia, y que si el Señor nos reprende, no debemos desmayar.

Algunos consideran triviales las dificultades, los sufrimientos y la disciplina que Dios les manda, de modo que pasa inadvertida para ellos. Otros desmayan cuando el Señor los reprende y los tiene en sus manos. Piensan que ya han sufrido demasiado en medio de sus circunstancias, y que la vida cristiana es muy difícil. Desmayan y tambalean ante las dificultades que encuentran en el camino. Ambas actitudes son incorrectas.

Hebreos 12:6 nos muestra el propósito por el cual el Señor nos disciplina. Dios no disciplina a la gente al inconverso, sino a sus hijos. Por consiguiente, la disciplina es la provisión que el amor de Dios nos asigna. El amor regula todo lo que nos sobreviene y ordena las cosas con las que nos encontramos en nuestra vida cotidiana.

Ningún padre disciplina al hijo de otro, pero sí disciplina específicamente a sus propios hijos. El padre tiene un plan definido al disciplinar a su hijo y lo moldea para que desarrolle cierto carácter. Del mismo modo, desde el día en que fuimos salvos, Dios ha estado operando en nosotros según un plan definido. Él desea que aprendamos ciertas lecciones a fin de que seamos conformados a su naturaleza y que seamos como Él. Su meta es hacernos cierta clase de personas.

Todo hijo de Dios debe darse cuenta de que Dios ha preparado muchas lecciones para Él y ha tomado las medidas necesarias disponiendo las circunstancias, las experiencias y los sufrimientos, con el propósito de producir cierto carácter. Tenemos que reconocer la mano de Dios, la cual nos guía en toda circunstancia. Tan pronto nos salgamos del camino recto, su mano estará sobre nosotros y nos herirá para hacernos volver. Todo hijo de Dios debe estar preparado para aceptar la mano disciplinaria de Dios. Solamente los cristianos pueden participar de los azotes y la disciplina de Dios.

Nosotros recibimos disciplina, no castigo. El castigo es la retribución por nuestros errores, mientras que la disciplina tiene el propósito de educarnos. Somos castigados por haber hecho algo malo y, por ende, corresponde al pasado. La disciplina también se relaciona con nuestros errores, pero se aplica con miras al futuro y tiene un propósito. Puedo decir con confianza que Dios desea que cada uno de sus hijos lo glorifique en ciertas áreas, cada uno de diferente manera. Cada cual tiene su porción en su área específica.

Los hijos de Dios verdaderamente experimentarán una gran pérdida si no entienden la disciplina. Muchas personas durante años llevan vidas llenas de necedad a los ojos de Dios. Les es imposible avanzar. No tienen idea de lo que el Señor desea hacer en ellos. Andan según sus propios deseos y vagan en el desierto, sin restricción y sin rumbo. Dios no actúa de esta manera. Él tiene un propósito en todo lo que hace y actúa con el propósito de moldear un carácter sólido en nosotros para que podamos glorificar su nombre.

viernes, 24 de junio de 2011

El evangelio es locura para el perdido...


1 Corintios 1: 18-21 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

El Evangelio es locura para el perdido...

La palabra locura usada por Pablo no es precisamente esa enfermedad mental que pone a la mente en desorden y obliga a su encerramiento. La locura que habla Pablo es esa expresión que usamos normalmente para decir que algo no tiene sentido y valor alguno. Ej: Ese hombre está loco si cree que va a suceder lo que él dice. Para muchos Pablo estaba loco pensando que la gente iba a cambiar su modo de ser y su conducta mala por una buena con un simple discurso (predica). Para muchos especialmente para los judíos y no digamos para los grandes oradores, los discursos de Pablo eran basura, cosa tonta y sin sentido lógico. Esa doctrina traída por Pablo a nadie convence, se decían ellos, es mas, que no nos venga con cuentos porque bien lo conocemos que perseguía a la iglesia de Cristo.¿Como es que la defiende si antes la perseguía?.

La predica del evangelio tiene por objeto sellar al creyente con el Espíritu Santo, revestirlo de Cristo para que sea santo delante de los ojos de Dios habiendo nacido de nuevo. Es por medio de la predica del evangelio que se transforma a la persona de ser hijo del diablo a ser hijo de Dios. El evangelizar es sembrar las semillas divinas que son las palabras de Dios en la tierra que son los hombres del mundo. Cuando usted evangeliza está sembrando a Cristo en el corazón del oyente.

Y lo interesante es que el evangelio no es un discurso elocuente de un orador de primera que convence a todos, no, el discurso que convierte no convence sino actúa porque es poder de Dios. El discurso es acerca de la cruz y ese es el evangelio sencillo, simple y desechado pero es poderoso y da vida al hombre muerto en sus pecados y lo convierte en siervo del Señor. Gloria a Dios!

Esta locura no la entiende el hombre natural, es algo del espíritu. 1 Corintios 2:14
"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”


Dios te bendiga!

jueves, 23 de junio de 2011

Cada día te bendeciré, Señor...


Cada día te bendeciré, Señor...

"Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré y alabaré tu nombre eternamente y para siempre" Salmos 145:2
Bendecir a Dios no es más que reconocer su gloria, su poder, declarar con nuestra boca todas sus maravillas. Alabar el nombre del Señor, por cuanto Dios ha sido bueno en nuestras vidas.
Cada día deberíamos emepezarlo reconociendo al Señor como nuestro Dios y Rey, alabándolo por toda su grandeza y majestad. Dando gracias a nuestro Señor Jesucristo por haber dado su vida en la cruz por nuestra salvación, porque a través de su sacrificio nos limpió de nuestros pecado y nos reconcilió con el Padre.
Deberíamos buscar la comunión con el Espíritu Santo de Dios, quien es nuestro consolador, quien nos sustenta y alienta, nos guía y enseña.
Cada día deberíamos empezarlo buscando el rostro de Dios...
Dios te bendiga!







miércoles, 22 de junio de 2011

Guardar tus palabras Señor...

Deuteronomio 11;18-21
"Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis á vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, ó andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes: Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas: Para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró Jehová á vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra".